El crecimiento económico de las últimas décadas ha sido capturado por los más acaudalados, según el último ‘World Inequality Report’
Calles abarrotadas, flujos constantes de mercancías y comerciantes, obras majestuosas… La Antigua Roma fue la primera ciudad del mundo en alcanzar el millón de habitantes, entre los siglos I y II d. C. Ese hito coincidió con una etapa de apogeo económico que, salvando las distancias, sirve para ilustrar el papel estratégico de la demografía en el crecimiento: a mayor población, mayor actividad y mayores necesidades de abastecimiento. Hoy somos más que nunca —8.300 millones de personas— y también más ricos que nunca. A la expansión demográfica se ha sumado una mejora sostenida de la productividad, que ha impulsado las rentas muy por encima del crecimiento de la población.

